LAS MAMÁS QUE ADOPTARON SUDCALIFORNIA
Por Gamaliel Valle Hamburgo
En la historia de nuestro estado existen muchos relatos relacionados a los matrimonios que viajaban desde lejanas tierras en busca de nuevas oportunidades de vida, tal es el caso de las familias francesas y chinas que llegaron a Santa Rosalía durante el auge minero, o las familias inglesas y estadounidenses que se asentaron en El Triunfo y en San Antonio. Las esposas fueron un pilar muy importante en las familias, pues gracias a ellas y a su diario bregar pudieron criar a sus hijos y a sus esposos. A continuación mostraremos algunas historias de las madres Sudcalifornianas que dejaron un legado muy impresionante pero poco conocido en nuestra entidad.
RAMONA ROUYER ACOSTÈ
Nació en Paris, Francia fue hija de un rico comerciante minero, hija única; su madre murió cuando la dio a luz. Llegó a Santa Rosalia junto con su padre Pierre Gilbert Rouyer como acreedores de la poderosa compañía El Boleo; previo a la revolución mexicana trasladan sus negocios a El Triunfo en donde Pierre muere a los ochenta y nueve años de edad y Ramona se hace cargo de los negocios de su padre.
En El Triunfo contrae nupcias con Gregorio Ojeda, empleado de su rancho, ahí nace su hija Winter Yrenea Ojeda Rouyer. Ramona fue un personaje muy conocido de El Triunfo y San Antonio; poseía una belleza increíble además de que era conocida como la cacique del pueblo, pues era la mujer más rica de la zona sur de la media península.
Ramona muere a los cincuenta años en Arroyo Hondo. Gracias a ella y a un grupo de damas de la época se pudo instalar el reloj de la casa municipal de El Triunfo, se trataba de un hermoso reloj de la joyería La Esmeralda Hauser-sivy.
ALTAGRACIA ENCINAS DE CORONA ‘La chinita’.
Quien conoció a Altagracia, conocida cariñosamente como la chinita, podrá decir que era un pan de Dios, era una dama muy educada su sabiduría era increíble y su bondad era lo que la caracterizaba.
Nació en La Paz, entonces Territorio Sur, pasó la mayor parte de su vida entre Santa Rosalía y la Ciudad de México. Participó activamente en el grupo minero de Soledad en donde se realizaban distintas actividades relacionadas a la compañía El Boleo. Altagracia junto con el grupo de damas de la época solicitaron al director de El Boleo; Charles Laforge, la construcción de la iglesia de Santa Bárbara y gracias a ellas la capilla así como las casas francesas filipinas están en pie.
Su hija, Consuelo Corona Encinas contrajo nupcias con el ingeniero francés Augusto Nopper director de El Boleo quien la apreció mucho como suegra.
CLEMENTINA BLUMBERG
Doña Clementina fue una dama muy conocida de El Triunfo, San Antonio y Santa Rosalía, su esposo era un importante científico alemán quien junto con Edouard Cumenge exploraron la zona de Santa Águeda, El Purgatorio y Soledad en busca de aleaciones de cobre. Fue una mujer muy influyente en las decisiones de su esposo a quien amó durante toda su vida, tuvieron dos hijos quienes se criaron entre franceses bajo las estrictas reglas de principios de siglo.
Clementina era de las pocas mujeres quienes ingresaban a las minas junto con su esposo, y cuando se descubrió en la mina Amelía la piedra conocida como Boleita ella las portaba con mucho orgullo.
Tras una serie de discusiones entre el gobierno francés y la compañía, la familia Blumberg se establece en Vienna y por pertenecer a una familia judía muy conocida caen en manos de los nazis. Según el testimonio de la familia Blumberg, Clementina entregó a los nazis, a cambio de su libertad, cuatro kilos de Boleitas extraídas de la mina Amelía en Santa Rosalia de las que los nazis se habían enamorado.
La familia, a excepción de uno de los hijos, huye a el Havre y posteriormente regresan a Santa Rosalía en donde pasan sus últimos años. La valentía de Clementina logró que se salvaran de los campos de concentración.
