BAJA CALIFORNIA SUR ÚNICO EN SUS VALORES NATURALES Y CULTURALES
Por: Alejandro Acuña Rivera
EL MURO EN LÍNEA
Baja California Sur es un estado único en sus valores naturales y culturales. Cuenta con miles de vestigios arqueológicos, algunos sin protección como las pinturas rupestres.
Es un estado rico en tradición, cultura e historia, en toda su extensión territorial se encuentran hallazgos arqueológicos donde se plasma la cosmogonía y costumbres de los primeros pobladores de América.
Sus características geográficas parecidas a las de una isla propiciaron que el acervo histórico y vestigios arqueológicos tengan características únicas.
La península desde el punto de vista arqueológico, antropológico e histórico, es sumamente importante en cuanto a la investigación, porque tiene un contexto casi de ínsula; entonces, eso permitió que se desarrollaran una especie de culturas locales que no tuvieron nada qué ver con el resto del continente.
Baja California Sur tiene un patrimonio arqueológico muy vasto, pero que también es muy vulnerable, tanto en las condiciones geoclimáticas como ante la afectación nociva del ser humano, entonces es un patrimonio vulnerable al que se están haciendo los estudios necesarios pero se necesita la ayuda de las personas para su preservación a futuro.
Lamentablemente la cantidad de acervo arqueológico sumado con las grandes extensiones de territorio, hace imposible brindar el cuidado idóneo a cada una de las pinturas.
Un ejemplo claro son las pinturas rupestres de los Comondú, ubicadas entre San Miguel y San José de Comondú, se puede llegar a ellas, tras unos 20 minutos de caminata, atravesando el oasis y subiendo un pequeño pero escarpado cerro.
Son vestigios que no tuvieron nada qué ver con el resto del continente, eso es lo que hace muy interesante a la península.
Lo trascendente que es el arte rupestre que se encuentra a lo largo de toda la península, lo que le hace muy especial y le otorga una identidad.
Los expertos comentan que sin duda alguna, la mano del hombre es la que a lo largo de la historia, mayor daño causa a los vestigios arqueológicos.
En lo alto de la Sierra de San francisco se ubica uno de los tesoros arqueológicos más importante de la península de California; las pinturas rupestres de la Cueva del Ratón, una parte resguarda por el gobierno a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia, donde los visitantes se transportan miles de años en el pasado al observar el mural y sus significado. Estas pinturas representan el testimonio más importante de los que fueron los primeros pobladores de la península hace aproximadamente cinco mil años.
Es un ejemplo representativo del arte rupestre de esta zona, que de hecho le ha valido a esta zona ser declarado patrimonio de la humanidad, son pinturas rupestres de varios miles de años de antigüedad, que están al mismo nivel de protección que las cuevas de Altamira, las cuevas en Francia, las de los bosquimanos, las de Argelia y las de Australia. Es el complejo de arte rupestre más importante de toda América.
Llegando a San Francisco de la sierra un pequeño poblado de no más de 30 habitantes, se encuentra la base para registrarse. Los pobladores fungen como vigilantes avalados por el Instituto nacional de Antropolgía e historia y reciben a los visitantes, viven de las propinas y el apoyo por llevarlos a la cueva.
Se caracterizan por los contrastes manejados: las representaciones animales de extraordinarias dimensiones, pintadas en silueta, en posiciones dinámicas o atravesadas por flechas y lanzas.
Hay figuras antromorfas y figuras parecidas al ser humano que no están detallados, no tienen cara, pero sí se ven perfectamente las extremidades, dedos, la cabeza con unos tocados extraños y generalmente están en una posición con los brazos alzados, una posición ritual.
Otros lugares cercanos donde se localizan ejemplos de arte rupestre son la Cueva de la Serpiente y la Cueva de la Candelaria en la Sierra de San Francisco, así como la Cueva de los Venados y la Cueva de San Borjita en la Sierra de Guadalupe.
En Cataviña, Baja Califonia se ubica la zona pedregosa conocida como el jardín de rocas, es uno de los lugares más extraños y espectaculares en el mundo por la gran diversidad de tamaños y formas rocosas donde los visitantes exploran los laberintos naturales.
“Tanto la erosión del viento principalmente pero también por agua ha esculpido unas formas caprichosas de la naturaleza especialmente como una cueva donde nos encontramos especialmente con ventanitas, con aperturas…” dijo el antropólogo Orlof Nagorsky.
A unos metros de las cuevas, en el kilómetro 372 de la carretera transpeninsular se encuentran las pinturas rupestres de Cataviña, los diseños de pinturas son geométricos y con figuras antromorfas de carácter esquemático cuyo tamaño no rebasa los 50 centímetros.
Piedras, desierto y naturaleza e historia, son los elementos que se fusionan en Cataviña, un lugar de paisaje prehistórico en el centro de la península.