HURACÁN LIZA, POR CUMPLIRSE 39 AÑOS DEL DÍA MÁS TRÁGICO EN BCS.
El 30 de septiembre de 1976 con categoría cuatro tocó tierra y provocó la segunda peor tragedia por en México.
Por: Sergio Borjas e Yvet Osuna.
EL MURO.
Las heridas aún sangran y las dudas sobre la pérdida de más de 2 mil vidas, persisten.
El 30 de septiembre de 1976 es recordado como el día más trágico para Baja California Sur. El huracán Liza, con categoría cuatro tocó tierra y provocó la segunda peor tragedia por fenómenos naturales en México
A 39 años de distancia aún recordamos con profunda tristeza y dolor aquél día en que Liza nos hizo sentir que ante la fuerza de la naturaleza, no somos nada.
Nunca se aclaró el número de víctimas mortales que cobró el poderoso huracán y mientras que oficialmente se dijo eran 500, quienes sobrevivieron al infierno que desató Liza, coinciden en que fueron mucho más…más de 2 mil.
Liza tocó la puerta la tarde del día 29 de septiembre con una incipiente lluvia y ráfagas de viento y embistió con fuerza la noche del día 30; en horas de la madrugada, los gritos de personas que eran arrastradas por las fuertes avenidas eran prácticamente apagados por el crujir de ramas, de árboles que caían por todas partes y el fuerte golpeteo de láminas y toda clase de objetos arrastrados por el agua y por el viento.
Las sombras de la noche hacían más grande el temor, y las plegarias de miles de paceños encontraban como respuesta las furiosas embestidas de Liza durante mas de diez horas…los rayos del sol de aquél primero de octubre revelaron uno de los más espeluznantes cuadros, la fuerza del meteoro fue devastadora, cuerpos de personas semienterradas, casas destruidas y vehículos sepultados en una gruesa capa de lodo…
Poco a poco, las seis fosas comunes que se encuentran en el panteón de los Sanjuanes, en donde fueron sepultados la mayoría de los cuerpos, se pierden entre el creciente número de bóvedas…lo que no se pierde es el triste recuerdo y el dolor que dejó en miles de familias.
Lo cierto es que el Cajoncito no soportó y arrastró cuerpos por lo que ahora es la calle 5 de Mayo, pasando por la zona Camino al Mar, llegando después a un costado de Plaza Soriana, donde se dice que fueron encontrados esqueletos de víctimas durante las excavaciones de construcción.
El periodista Elino Villanueva González, en su libro “El Ciclón Liza”, habla de entre 2,000 y 5,000 víctimas.
ODILE, EL ENVIADO DE EOLO.
Odile también llegó de noche, con categoría tres golpeó con toda su furia Los Cabos. Luego, por la madrugada, La Paz revivía aquéllos pasajes de Liza cuando las penunmbras se convirtieron en cómplice de la furia del huracán que dejó un pesado manto de luto en miles de familias.
Odile llegó implacable, y una vez más nos hizo ver cuán vulnerables somos. Durante más de tres horas los vientos arrasaron con todo aquello que encontraban a su paso, viviendas endebles, árboles, tendidos eléctricos, anuncios espectaculares, bancas, techumbres, graderíos y hasta bardas de hogares y estadios deportivos.
La mañana del 15 de septiembre bajo una pertinaz lluvia nos pudimos dar cuenta de la realidad. Los Cabos y La Paz fueron los municipios más golpeados, pero Comondú, Loreto y Mulegé tienen hoy recuerdos de la furia del huracán.
Por fortuna, no traía mucha agua, porque de ser así la realidad del estado en estos momentos sería una muy distinta…
Lamentablemente 5 personas perdieron la vida durante esta emergencia, aunque también hay que destacar que fuimos muchos más los que pudimos sobrevivir para contarlo.
Sin embargo, Odile dejó sin vivienda a miles de familias, ocasionó el mayor desastre en la infraestructura eléctrica y serias afectaciones a los empresarios, a las escuelas y a las telecomunicaciones. En Baja California Sur estuvimos incomunicados por un buen número de horas.
Ese mismo día 15 de septiembre, afloró también el otro rostro de la tragedia… la rapiña, gente sin escrúpulos que lejos de aportar su esfuerzo para la reconstrucción se dedicó al saqueo, no para mitigar el hambre o la sed, sino para buscar una ventaja económica robando lo que encontraron a su paso.