PESE A LA MAGNITUD DE LOS SISMOS FUERZA MÉXICO NOS MANTIENE DE PIE
EL MURO EN LÍNEA
Por José García Prado
El sismo de la Ciudad de México no solamente sacudió la tierra también cimbró a todos los sectores de la población mexicana. Ante la catástrofe que incluye a más de 300 víctimas, en su mayoría en la capital del país, se derrumbaron además de los edificios mal construidos, la endeble credibilidad en medios masivos como Televisa que aprovechó las circunstancias, para montar un reality al estilo de la Rosa de Guadalupe, con el rescate de una presunta niña atrapada entre los escombros con el nombre “artístico” de Frida Sofía el desenlace de la historia fue trágico, para la empresa televisiva al grado de quedar sepultado el poco rating que le quedaba a sus informativos. De inmediato ante la tragedia miles de ciudadanos salieron a las calles y empezaron a levantar escombros y salvar vidas, mientras se trasladaban al lugar de los hechos rescatistas especializados de diferentes latitudes del planeta en especial de Israel, Japón, Salvador, Panamá, Honduras Estados Unidos y de toda la República Mexicana, con los equipos llegaron además perros entrenados que fueron claves para salvar vidas o bien para encontrar cadáveres. Entre estos destacó una verdadera Frida, perra de raza labrador, que se distinguió por rescatar a decenas de personas y fue tanta la admiración de nuestros compatriotas que ya se elaboran hasta piñatas, con su figura. Mientras los canes demostraron ser los mejores amigos de ser humano, por otra parte, aparecieron roedores de dos patas, que aprovechando la situación se dedicaron robar a los damnificados o bien al asalto de camiones con ayuda humanitaria. En las redes sociales se hicieron virales las imágenes de cuerpos de rescate orando antes de salir a cumplir sus tareas e incluso los israelitas utilizaron el shofar que es un instrumento musical en forma de cuerno que se utiliza para pedir la misericordia de Dios. Por una parte la sociedad civil y los cuerpos de rescate internacional ofrecieron por medio de su ejemplo lecciones de solidaridad en estos tiempos en que ser solidario era una cuestión olvidada, que nos dan esperanza en esta época en que el pesimismo es el pan nuestro de cada día, que nos enseñan a salvar vidas en estos tiempos en que las guerras entre países, narcotraficantes y terroristas se esmeran en incrementar día a día el número de víctimas y sobre todo que nos demuestran en los hechos que la esencia de los seres humanos es amar a nuestros semejantes en especial a aquellos que por cuestiones de las circunstancias se encuentran en condiciones de vulnerabilidad. Los sismos tanto de Oaxaca, como de la Ciudad de México, Puebla, Tabasco, Veracruz, Estado de México, son un llamado de alerta para reforzar las medidas de Protección Civil y paradójicamente le dan un nuevo sentido a nuestra forma de vida, nos recuerdan las coplas del maestro Jorge Manríque a la muerte de su padre. “ Ved de cuán poco valor son las cosas tras que andamos/ y corremos,/que, en este mundo traidor,/aun primero que muramos/ las perdemos. Ante los desastres naturales impredecibles es necesario que dejemos de perder tiempo escuchando o repicando en las redes sociales las voces de charlatanes que profetizan que habrá un gran cataclismo que terminar con nuestro planeta e incluso aseguraron que el pasado 23 de septiembre, el mundo llegaría a su fin, pronóstico que como muchos otros resultó falso, así que en lugar de rendirle culto a los prestidigitadores o guiarnos por sitios web como el de Madam Zazu aprovechemos nuestro tiempo para encaminar nuestros pasos hacia la ayuda a los más necesitados, seamos eficientes en nuestros trabajos, responsables con la familia, respetemos a nuestros niños, honremos a nuestros ancianos y alejemos un poco de este mundanal ruido, que nos enfrasca en luchas partidistas, xenofóbicas u homofóbicas que año con año matan a más personas que los tsunamis, terremotos o huracanes. Es tiempo de cambiar nuestra actitud y forma de pensar y de reconstruir nuestra Patria, los sismos de 19 de septiembre tanto de 1985 como del 2017 nos demostraron que pese a los embates de la naturaleza y negligencias de los políticos, la Fuerza de México tiene al país de pie y con un corazón que ante el desastre late con esperanza.