EL FACTOR
Columna de Luis Miguel Aragón
Antonio Martínez Torres es un retrógrado que desgraciadamente cobra muy bien cómo Secretario de Desarrollo Social en Tamaulipas, y es que el encargado de que los recursos del gobierno federal que salen de nuestros impuestos sean destinados a dotar de esquemas de seguridad social que protejan el bienestar socioeconómico de la población en situación de carencia o pobreza señala que con 320 pesos es bastante para que una familia promedio en una zona urbana pueda sobrevivir durante una semana. El titular de SEDESOL en dicha entidad federativa, asegura que con esa cantidad se puede surtir una canasta básica para abastecer sin problemas a una familia.
Mientras que Carlos Ramírez Fuentes, presidente de la Consar, balbucea que para tener una “pensión cómoda”, los trabajadores mexicanos deben ahorrar un promedio de 100 pesos diarios durante por lo menos 18 años continuos para aspirar a conformar un fondo de retiro de 1 millón 157 mil 166 pesos, escupió groseramente el que preside la Comisión Nacional del Ahorro para el Retiro.
Contemplando que 6.7% de los 130 millones de mexicanos ganan el salario miserable mínimo, que son 70 pesos diarios, y suponiendo que somos una de las cuatro personas que ganaron el amparo para fumar marihuana y sigamos en la suposición de que ya nos dimos un churro, ahora, siguiendo las instrucciones de ahorro del payasito Carlos Chuponcito Ramírez, nos quedarían 30 pesos al día que multiplicados por 7 dan 210 pesos a la semana. Luego entonces no alcanzaría para surtir la canasta básica de la que habla el Doctor en Economía, próximo Premio Nóbel, Antonio Martínez Torres.
Mi pregunta es ¿por qué si están evaluando tan concienzudamente a los maestros, aplican la misma vara para el Presidente de la República y a sus funcionarios que debería ser de primer nivel de dependencias tan importantes cómo la SEDESOL, SAT, SEGOB , SEP ni hablar de los sueldazos de magistrados, consejeros electorales, diputados, senadores, etcétera. Mucho menos de la capacidad de los funcionarios de primer nivel quienes con sueldillos que no alcanzan los 200 mil mensuales adquieren casas blancas, departamentos de lujo en el extranjero y visten a la última moda incluso el costo de unas toallas o tops de las primeras damas alcanzarían para vestir durante varios años a los integrantes de alguna de los millones de familias que habitan en extrema pobreza, en este México que como dice la sabiduría popular no hay dos, frase a la que Monsivais agregó la palabra afortunadamente.
En fin nuestro país es un reino pleno de desigualdades, injusticias, en el que rendimos pleitesía a una fauna política nociva, que como en los cuentos de hadas, viven muy felices y que nos tiene dormidos con programas de TV, juegos de fútbol, con el viejo cuento de que aquí nos tocó vivir y que estamos mucho mejor que en países como Afganistán. CANCHONCHA … Lo que realmente nos debe preocupar es tener a estos léfios administrando los recursos de nuestro país.