Las campañas y fauna de acompañamiento
Con el inicio de las campañas políticas vuelve también esa rara especie que ha sobrevivido gracias a su increíble capacidad de adivinación y de adaptación.
En el ocaso de las administraciones suelen permanecer agazapados, al acecho, en espera de “ventear” al “bueno”, para entonces sí, lanzarse con todo a la cargada, el premio; unos añitos más disfrutando de las delicias del poder.
Son una especie tan, pero tan extraña –o cínica- que si el cielo hoy pinta verde, se visten de un esmeralda, si es rojo se tiñen de carmesí, si es azul no dudan en adoptar una tonalidad intensa y si es amarillo, pues simboliza el sol; es un color cálido, dos características de Baja California Sur, cómo no vestirlo?
La fórmula es sencilla, darle piola a todos y, a la hora de las definiciones, cuando le ven la zanca al pollo y tienen claro quién será el “elegido”, los demás no importan, “siempre estuve contigo mi amigo, sabía que tú ibas a ser el bueno y por eso te di todo mi apoyo”.
Y para reforzar esa repentina idolatría por “el bueno”, rezan….sí, rezan
Cuando me veas, salúdame!
A tus amigos…preséntame!
En tu comitiva, llévame!
En la repartición de cargos, Inclúyeme!
Y cuando termine tu mandato, olvídame!
Por los sexenios de los sexenios…
Nota: para que esta oración tenga mejores resultados, debe realizarse por lo menos dos veces al día, de preferencia frente al “bueno”, en persona.
